miércoles, 18 de noviembre de 2009

Kowloon City: recordando el lugar más denso del planeta

Transcribo un artículo que, a mi juicio, es testimonio de una realidad mal entendida en el urbanismo contemporáneo, siempre tendiente a idealizar la alta concentración habitacional argumentando una mejor utilización territorial. Los resultados no siempre corresponden al discurso, y para muestra, el excelente ensayo que a continuación se reproduce, estrictamente para fines académicos/DRMC



Rodrigo Diaz.
28 Jul 2009


La receta infalible del urbanista contemporáneo:
-Ciudades más compactas (y por lo tanto más densas)
-Vivienda en altura (resultado de lo anterior)
-Mezcla de usos de suelo
-Equipamiento a distancias caminables
-Fácil accesibilidad a transporte público
-Uso masivo de la bicicleta

Si la suma de todos estos ingredientes conduce infaliblemente a un mejor modelo de desarrollo urbano, bien podría decirse que la ciudad amurallada de Kowloon City en Hong Kong debiera ser el ejemplo a seguir en todo el mundo, la máxima representación de lo que los gringos gustan de llamar Smart Growth y que se supone es el camino inequívoco a seguir en la ciudad que pretende ser sustentable en el siglo XXI. Más, después del salto.

Aunque sus orígenes pueden encontrarse más de mil años atrás en la época de la Dinastía Song (960 - 1279), la imagen que hizo mundialmente famoso a este barrio comienza a construirse a mediados del siglo pasado, cuando el singular estatus jurídico de la zona (un enclave chino inserto en una jurisdicción británica) posibilita que miles de personas comiencen a agruparse en edificios construidos literalmente uno encima del otro teniendo como única restricción el no sobrepasar los 14 pisos de altura para así no interferir en el despegue y aterrizaje de los vuelos del aeropuerto internacional de Hong Kong.

Lo demás era libertad total para construir, y eso se materializó en una forma monolítica de 2.6 hectáreas de superficie que a finales de los ochenta alcanzó a albergar a más de 50 mil personas, convirtiéndose en el lugar de mayor densidad habitacional que haya conocido la humanidad. Sólo para ponerlo en perspectiva, una densidad de esa magnitud equivale a colocar toda la población de la Quinta Región en las poco menos de 80 hectáreas del Parque O´Higgins.

Analizada en frío, Kowloon City contiene todos los elementos que el más entusiasta de los promotores de la ciudad compacta pudiera soñar: alta densidad, uso de suelos mixto, que permitía la existencia de todo tipo de comercio al interior de las laberínticas torres construidas sin ningún tipo de planos ni asesoría arquitectónica o ingenieril, ocupación máxima de la infraestructura disponible, cercanía a servicios (famosas eran sus clínicas dentales clandestinas), disponibilidad de áreas de esparcimiento - como casinos y prostíbulos - al interior de los edificios, cercanía a los sistemas de transporte público, y nula dependencia del automóvil, puesto que la gran mayoría de sus habitantes se desplazaba en bicicleta. ¿Qué más se podía pedir?

Bueno es el cilantro pero no tanto.
Las autoridades británicas y chinas no supieron apreciar las ventajas anteriormente nombradas de Kowloon City, y a fines de los ochenta deciden su demolición total. Para ser honestos, sus razones tenían: al interior de su perímetro no había ni dios ni ley, y el Estado no era más que una ficción que desaparecía rápidamente en manos de las mafias que controlaban los fumaderos de opio, los prostíbulos, los casinos, los restaurantes de carne de perro, las clínicas abortivas, y todos aquellos establecimientos nacidos al margen de toda legalidad y que satisfacían las bajas necesidades de sus residentes y afuerinos que buscaban en sus malolientes pasadizos todo aquello que el próspero Hong Kong no podía brindar.

Por otro lado, las precarias condiciones higiénicas, el hacinamiento y la promiscuidad se habían transformado en lunares demasiado visibles e incómodos para una región símbolo de la prosperidad económica oriental, que no podía aceptar en sus propias narices la imagen surrealista de la mayor aglomeración de personas que la mente humana pudiera siquiera imaginar. El término de la demolición en 1993, que deparó sorpresas que por sí solas ameritaban la creación de un museo de la informalidad urbana, dio paso a la creación de un parque sobre las ruinas, quizás como una manera de exorcizar a un área que durante décadas se transformó en un verdadero infierno sobre la tierra.

Por supuesto que nadie en su sano juicio quisiera revivir el horror urbano de Kowloon City, pero cito el ejemplo después de escuchar a muchos iluminados que repiten sin cesar que el único futuro posible de la ciudad contemporánea es su densificación, como si éste fuera un concepto bueno per se que no supiera de límites ni barreras. Cada vez que alguien dice que lo que hay que hacer en la ciudad es densificar, y si se puede densificar sobre lo ya densificado, no dejo de sentir un cierto escalofrío, porque el poner más gente por hectárea es una tarea relativamente fácil, pero hacer que esta gente viva bien es un reto bastante más difícil, que requiere adaptar la totalidad de la estructura urbana a la condición de vivir compactamente.

Quien sube densidades en un plan de desarrollo urbano de la noche a la mañana sin pensar en las consecuencias que esta estrategia puede tener comete una imprudencia cuyos costos son tremendamente difíciles de reparar en el futuro. Kowloon City es sin duda alguna una exageración, pero por algo en el imaginario popular los edificios multifamiliares siguen teniendo una muy mala imagen no sólo en este país, sino en gran parte del mundo, donde se transformaron en sinónimo de hacinamiento y promiscuidad, de rápida decadencia, de vandalismo, de desorden.

Creo que la ciudad compacta en general es mucho mejor que la extendida, pero siempre y cuando sea entendida como un todo en que cada parte tiene la densidad en la forma y niveles adecuados, lo que significa ocupar el espacio, la infraestructura y servicios de manera eficiente, aprovechando al máximo su capacidad pero sin someter a la población a modos de vida a todas luces infrahumanos, que después de todo no es nada raro encontrar fragmentos de Kowloon City en nuestras propias ciudades, esperando vaya saber hasta cuándo el día de gloria de su desaparición.

sábado, 19 de septiembre de 2009

Carta de Machu-Pichu. 1977


Han pasado casi 45 años desde que el CIAM elaboró un documento sobre la teoría y metodología de planificación que tomó el nombre de la "Carta de Atenas".

Muchos nuevos fenómenos han emergido durante ese lapso que requieren una revisión de la Carta que complemente con un documento de enfoque y amplitud mundial que debería ser analizado interdisciplinariamente en una discusión internacional que incluya intelectuales y profesionales, institutos de investigación y universidades de todos los paises.

Han existido algunos esfuerzos para modernizar la Carta de Atenas y el presente documento sólo intenta ser punto de partida para tal empresa, debiendo manifestar en primer lugar, que la Carta de Atenas, de 1933, es todavía un documento fundamental para nuestra época, el que puede ser puesto al día pero no negado. Muchos de sus 95 puntos son todavía válidos como testimonio de la vitalidad y comunidad del movimiento moderno, tanto en planificación como en arquitectura.

Atenas 1933, Machu Picchu 1977
Los lugares son significativos, Atenas se erigió como la cuna de la civilización occidental, Machu Picchu simboliza la contribución cultural independiente de otro mundo. Atenas representó la racionalidad personificada por Aristóteles y Platón. Machu Picchu representa todo lo que no involucra la mentalidad global iluminística y todo lo que no es clasificable por su lógica.


Ciudad y Región
La carta de Atenas reconoció la unidad esencial de las ciudades y sus regiones circundantes. La falla de la sociedad al enfrentar las necesidades del crecimiento urbano y los cambios socio-económicos hacen requerir la reafirmación de este principio en términos más específicos y urgentes.

Hoy las características del proceso de urbanización a través del mundo han hecho crítica la necesidad de un uso más efectivo de los recursos naturales y humanos. Planificar como un medio sistemático de analizar necesidades incluyendo problemas y oportunidades y guiando el crecimiento y desarrollo urbanos dentro de los límites de los recursos disponibles, es una obligación fundamental de los gobiernos en lo concerniente a los asentamientos humanos.

La planificación en el contexto contemporáneo de urbanización, debe reflejar la unidad dinámica de las ciudades y sus regiones funcionales esenciales entre los barrios, distritos y otras áreas urbanas.

Las técnicas y disciplinas del planeamiento deben ser aplicadas a toda escala de asentamientos humanos, barrios, ciudades, áreas metropolitanas, estados. regiones y naciones para guiar la localización, su secuencia y características de desarrollo.

El objetivo del planeamiento general incluyendo el planeamiento económico, el diseño y planeamiento urbano y la arquitectura, es finalmente la interpretación de las necesidades humanas y la realización en un contexto de oportunidad de formas y servicios urbanos apropiados para la población. lo que requiere un proceso continuo y sistemático de interacción entre las profesiones de diseño, los pobladores de las ciudades y su liderazgo comunitario y político.

La desarticulación entre planeamiento económico a nivel nacional y regional y el planeamiento para el desarrollo urbano, ha sido dispendioso y ha reducido la eficacia de ambos. Las áreas urbanas muy frecuentemente reflejan los efectos adversos y específicos de decisiones económicas basadas en consideraciones amplias y relativamente abstractas y estrategias de planeamiento económico a largo plazo. Tales decisiones a nivel nacional, no han considerado directamepte las prioridades, no las soluciones a los problemas de las áreas urbanas ni las conexiones operacionales entre la estrategia económica general y el planeamiento de desarrollo urbano, por lo que los beneficios potenciales del planeamiento y la arquitectura no llegan a la gran mayoria.


El crecimiento urbano
Desde la Carta de Atenas a nuestros días la población del mundo se ha duplicado, dando lugar a la llamada triple crisis, ecológica. energética y alimenticia. A ello hay que agregar la crisis de vivienda y de servicios urbanos, agravada por el hecho de que el ritmo de crecimiento poblacional de las ciudades es muy superior al demográfico general. Las soluciones urbanisticas propugnadas por la Carta de Atenas no tuvieron en cuenta este acelerado crecimiento constituyendo la raíz del problema de nuestras ciudades.

Dentro del crecimiento caótico de las ciudades podemos diferenciar dos modalidades.
La primera corresponde a los países industrializados, donde se da una emigración de la problación de mayores ingresos hacia los suburbios consecuencia del uso de los automóviles, abandonando las áreas centrales de la ciudad las que así tienden a deteriorarse por deficiencia de recursos.
La segunda modalidad corresponde a las ciudades de los países en desarrollo, caracterizándose por la masiva inmigración rural que se asienta en barrios marginales carentes de servicios y de infraestructura urbana.

Estos cambios cuantitativos producen transformaciones cualitativas fundamentales determinando que el problema urbano se nos presenta como totalmente distinto.

Este fenómeno no puede ser resuelto ni siquiera controlado por los dispositivos y medidas que están al alcance del planeamiento urbano. Dichas técnicas apenas pueden intentar la incorporación de áreas marginales al organismo urbano y muchas veces las medidas que se adoptan para regulariza la marginalidad (dotación de servicios públicos, sanidad ambiental, programas de vivienda, etc.), contribuyen paradógicamente a agravar el problema convirtiéndose en incentivo que incrementa los movimientos migratorios hacia la ciudad.


Concepto de Sector
La Carta de Atenas señala que las claves del urbanismo se encuentran en las cuatro funciones básicas de: habitar, trabajar, recrearse y circular, que los planos deben fijar la estructura y emplazamiento de éstos.

Ello ha determinado ciudades sectorizadas en funciones donde un proceso analítico de clarificación ha sido usado comno proceso sintético de ordenamiento urbano. El resultado es la existencia de ciudades con una vida urbana amenizada al nivel de relación humana, donde en extremo cada local arquitectónico deviene en un objeto aislado y en donde no se considera que la movilidad humana determine un espacío influyente

Actualmente se ha tomado conciencia de que el proceso urbanístico no consiste en sectorizar sino en crear a cabalidad una integración polifuncional y contextual.


Vivienda
A diferencia de la Carta de Atenas, consideramos que la comunicación humana es un factor predominante en la razón de ser de la ciudad. Por tanto, la planificación de la ciudad y de la vivienda debe reconocer este hecho.

Consideramos igualmente, que la calidad de vida y la integración con el medio ambiente natural debe ser un objeto básico en la concepción de los espacios habitables.

La vivienda popular no será considerada como un objeto de consumo subsidiario sino como un poderoso instrumento de desarrollo social.

El diseño de la vivienda debe tener la necesaria flexibilidad a fin de adaptarse a la dinámica social facilitando para ello la participación creadora del usuario, deben diseñarse elementos constructivos que puedan fabricarse masivamente para ser utilizados por los usuarios y que económicamente estén a su alcance.

El mismo espíritu de integración que hace de la comunidad entre los residentes de la ciudad un elemento básico de la vida urbana debe normar a la localización y estructuración de áreas residentes y grupos, sin imponer distinciones inaceptables al decoro humano


Transporte en las Ciudades
Las ciudades deberán planear y mantener el transporte público masivo, considerándolo como un elemento básico en el proceso de la planificación urbana.

El costo social del sistema del transpone deberá ser apropiadamente evaluado y debidamente considerado en la planificación del crecimiento de nuestras ciudades.

En la Carta de Atenas se explica que la circulación es una de las funciones urbanas básicas, e implicíto que ésta depende mayormente del automóvil como medio de transporte individual. Después de 44 años se ha comprobado que no hay solución óptima, diferenciando, multiplicando y solucionando cruces de vias. Por tanto. hay que enfatizar que la solución a la función de circulación debe buscarse mediante la subordinación del trasporte individual al transporte colectivo masivo.

Los urbanistas deben conceptuarse que la ciudad es una estructura en desarrollo cuya forma final no puede ser definida, por lo que deben considerar las nociones de flexibilidad y expansión urbanas. El transporte y la comunicación forman una serie de redes interconectadas que sirven como sistema articulador entre espacios anteriores y exteriores, y deberán ser diseñados en forma tal que permitan experimentar indefinidamente cambios de extensión y forma.


Disponibilidad del Suelo Urbano
La Carta de Atenas planteó la necesidad de un ordenamiento legal que permitiera disponer sin trabas del suelo urbano para satisfacer las necesidades colectivas, para lo que se estableció que para el uso del suelo urbano debe primar el interés colectivo.

A pesar de diversos esfuerzos realizados desde 1933, las dificultades de la disponibilidad de la tierra urbana se mantienen como un obstáculo básico al planeamiento urbano, por lo que es deseable que se desarrollen y adopten soluciones legislativas eficientes, capaces de producir un mejoramiento sustantivo a un corto plazo.


Recursos Naturales y Ornamentación Ambiental
Una de las maneras más atentatorias contra la naturaleza es hoy la contaminación ambiental que ha agravado en proporciones sin precedentes y potencialmente, catastróficas, como consecuencia directa de la urbanización no planeada y la explotación excesiva de los recursos.

En las áreas urbanizadas a través del mundo la población está cada vez más sujeta a condiciones ambientales que son incompatibles con normas y conceptos razonables de salud y bienestar humano. Las características no aceptables incluyen la prevalencia de cantidades excesivas y peligrosas de substancias tóxicas en el aire, agua y alimentos de la población urbana, además de los niveles dañinos de ruidos.

Las políticas oficiales que normen el desarrollo urbano deberán incluir medidas inmediatas para prevenir que se acentúe la degradación del medio ambiente urbano y lograr la restauración de la integridad básica del medio ambiente acorde con las normas de salud y bienestar social.

Estas medidas deben ser consideradas en el planeamiento urbano y económico, en el diseño arquitectónico, en los criterios y normas de ingeniería y en las políticas de desarrollo.


Preservación y Defensa de los Valores Culturales y Patrimonio Histórico-Monumeutal
La identidad y el caracter de una ciudad están dados no sólo por su estructura fisica sino, también por sus caracteristicas sociológicas Por ello se hace necesario que no sólo se preserve y conserve el Patrimonio Histórico-Monumental, sino que se asuma también la defensa del Patrimonio Cultural, conservando los valores que son de fundamental imponancia para afirmar la personalidad comunal o nacional y/o aquellos que tienen un auténtico significado para la cultura en general

Asimismo es imprescindible que en la labor de conservación, restauración y reciclaje de las zonas monumentales y monumentos históricos y arquitectónicos, se considere su integración al proceso vivo del desarrollo urbano, como único medio que posibilite la financiación de la operación.

En el proceso de reciclaje de estas zonas debe considerarse la posibilidad de construir edificios de arquitectura contemporánea de gran calidad.


Tecnología
La Carta de Atenas refirió tangencialmente al proceso tecnológico al discutir el impacto de la actividad industrial en la ciudad

En los últimos 45 años, el mundo ha experimentado un desarrollo tecnológico sin precedentes que ha afectado a nuestras ciudades y también a la práctica de la arquitectura y urbanismo -La tecnología se ha desarrollado explosivamente en algunas regiones del mundo, y su difusión y aplicación eficaz, es uno de los problemas básicos de nuestra época.

Hoy, el desarrollo científico y tecnológico y la intercomunicación entre los pueblos, permite superar las condicionantes locales y ofrecer los más amplios recursos para resolver los problemas urbanísticos y arquitectónicos. El mal uso de esta posibilidad determina que, frecuentemente, se adopten materiales, técnicas y características formales como resultado de pruritos de novedad y complejos de dependencia cultural.

En este sentido usualmente el impacto del desarrollo tecnológico-mecánico ha determinado que la arquitectura sea un proceso de crear ambientes artificialniente condicionados a un clima y a una iluminación no naturales. Ello puede ser una solución a determinados problemas, pero la arquitectura debe ser el proceso de crear ambientes condicionados en función de elementos naturales.

Debe entenderse que la tecnología es medio y no fin y que ella debe aplicarse en función de una realidad y de sus posibilidades como resultado de una seria labor de investigación y experimentación, labor que los gobiernos deben tener en cuenta.

La dificultad de utilizar los procesos altamente mecanizados o materiales constructivos sumamente industrializados, no debe significar una mengua de rigor técnico o de cabal respuesta arquitectónica a las exigencias del problema a resolver sino más bien, un mayor rigor en el planeamiento de las soluciones posibles en el medio

La tecnología constructiva debe considerar la posibilidad de reciclar los materiales a fin de lograr transformar los elementos constructivos en recursos renovables.


Implementación

El planeamiento, los profesionales y las autoridades pertinentes deben tener presente que el proceso no termina en la formulación de un plan y en su subsecuente ejecución, sino que dado que la ciudad es un organismo vivo es necesario considerar y proveer los procesos de su mantenimiento.
Debe entenderse, también, que cada región y cada ciudad en el proceso de su implementación debe crear e importar sus normas edilicias, las que deben ser acordes con su medio ambiente, recursos y sus propias caracteristicas formales.


Diseño Urbano y Arquitectónico
La Carta de Atenas no trató acerca de diseño arquitéctonico. Quienes la formularon no lo consideraron necesario porque estaban de acuerdo en que la arquitectura era el "juego sabio de volúmenes puros bajo la luz", "la Ville Radieuse" compuesta de tales volúmenes aplicó un lenguaje arquitectónico de matriz cubista, perfectamente coherente con un concepto que separó la ciudad en partes funcionales.

Durante las últimas décadas para la arquitectura contemporánea, el problema principal no es más el juego visual de volúmenes puros, sino la creación de espacios sociales para vivir en ellos. El acento no está ya en el continente sino en el contenido, no en la caja aislada, por muy bella y sofisticada que sea, sino en la continuidad de la textura urbana. En 1933, el esfuerzo fue para desintegrar el objeto arquitectónico y la ciudad en sus componentes. En 1977, el objetivo debe ser reintegrar esos componentes, que fuera de sus relaciones formales han perdido vitalidad y significado Para precisar, la reintegración tanto en la arquitectura como en el planeamiento, no significa la integración a priori del clasicismo.

Debe quedar claramente establecido que las recientes tendencias hacia el resurgintiento de la tradición del "Beaux Arts" son anti-históricas a un grado grotesco, y no tiene el valor que justifique su discusión. Pero ellas son síntomas de una obsolescencia del lenguaje arquitetónico de la que debernos estar alertas para no regresar a una especie de cínico eclecticismo del siglo XIX, sino ir hacia una etapa de mayor madurez de movimiento moderno.

Las conquistas de los años treinta. cuando la Carta de Atenas fue promulgada, son todavía válidas. Ellas conciernen a

a) a) EI análisis de los edificios treinta y sus funciones.
b) b) El principio de disonancia.
c) c) La visión del espacio-tiempo antiperspectiva
d) d) La desarticulación del tradicional edificio-caja
e) e) La reunificación de la ingeniería estructural y la arquitectura.
A estas "constantes" o "invariables" del lenguaje arquitectónico han sido adicionadas:
f) f) La temporalidad del espacio
g) g) La reintegración edificio-ciudad-paisaje.

La temporalidad de espacio es la mayor contribución de Frank Lloyd Wright y corresponde a la visión dinámica del espacio tiempo-cubista, pero aplica este enfoque no sólo a los volúmenes sino también a los espacios humanos, no sólo a lo visual sino también a los valores sociales. La reintegración edificio-ciudad-paisaje es una consecuencia de la unidad entre ciudad y campo. Es tiempo de exhortar a los arquitectos para que tomen conciencia del desarrollo histórico del movimiento moderno, y cesen de multiplicar paisajes urbanos obsoletos, hechos de cajas monumentales, sean verticales y horizontales, opacas, reflejantes o transparentes. El nuevo concepto de urbanización pide la continuidad de edificación lo que implica que cada edificio no sea un objeto finito. sino un elemento del "continium" que requiere un diálogo con otros elementos para completar su propia imagen

El principio de lo no finito no es nuevo. Fue explorado por los Manieristas y en una manera explosiva por Miguel Angel Sin embargo, en nuestra época no solo es un principio visual sino fundamentalmente social. La experiencia artística en las últimas décadas, de la música, las artes visuales, ha demostrado que los artistas ya no producen un objeto finito, ello se detiene a la mitad o a las tres cuartas partes del proceso de manera que el espectador no sea un contemplador pasivo de la obra artística sino un factor activo de mensaje polivalente. En el campo constructivo la participación del usuario es aún más importante y concreta. Significa que el pueblo debe participar activa y cicativamente en cada fase del proceso de diseño, pudiendo asi los usuarios integrarse en el trabajo del arquitecto

El enfoque no finito no disminuye el prestigio del planiflcador o del arquitecto. Las teorías de la relatividad y de la determinación no han disminuido el prestigio de los científicos. Al contrario, lo "incrementan", porque un científico no dogmático es mucho más respetado que el viejo "deux ex machina". Si el pueblo está comprendido en el proceso de diseño, la relevancia del arquitecto será enfatizada y la inventiva arquitectónica será más grande y rica. Al momento que los arquitectos se liberen de los procesos académicos de lo finito, su imaginación será estimulada por el inmenso patrimonio de la arquitectura popular, de esa "arquitectura sin arquitectos" que tanto se ha estudiado en las últimas décadas.

Aquí no obstante se debe ser cuidadoso El hecho de reconocer que los edificios vernaculares tienen mucho que contribuir a la imaginación arquitectónica no significa que deben ser imitados. Tal actitud, hoy es tan absurda como lo fue la copia del Partenón. El problema es totalmente diferente de la imitación.

Es un hecho probado que el máximo enfoque cultural del diseño arquitectónico (los órdenes vitruvianos y el Beaux Art, tanto como los "Cinco Principios" de Le Corbusier, de 1921), se encuentran y se fusionan naturalmente con los idiomas populares. La participación de los usuarios hace más orgánico y verdadero el encuentro entre el lenguaje altamente cultural y el popular.

Alguna vez se ha comparado por su monumentalidad, las andenerias del antiguo Perú con las pirámides de Egipto. Físicamente por lo grandioso de ambas concepciones, procede el paralelo, pero éstas se construyeron como un monumento a la muerte exaltando la gloria del monarca y aquéllas se levantaron, por obra y para sustento de las comunidades, como un monumento a la vida. Ellas expresan volumétrica y espiritualmente. el rumbo disímil de dos grandes civilizaciones que edifican para la eternidad.

martes, 4 de agosto de 2009

Urbanismo Mexicano. Siglos XVIII y XIX

Daniel R. Martí Capitanachi.


La Ilustración del siglo XVIII prepara el surgimiento de la razón como rectora del desarrollo científico y el advenimiento del industrialismo como fenómeno de amplias repercusiones sociales durante el XIX. La ciudad se convierte entonces, en una posibilidad de conducir a los individuos hacia una vida determinada por el goce de los beneficios de la ideología racional aplicada al campo de las ciencias y el crecimiento tecnológico.

Esta idea de crecimiento y ascenso, constituye la materia prima de toda concepción ideológica que se proponga provocar un cambio positivo en el contexto social, mediante la introducción de fórmulas y soluciones para adaptarlo a los requerimientos del individuo y la colectividad. Por lo que el urbanismo explora otras posibilidades, adaptándose a la nueva corriente progresista del pensamiento positivista, a fin de superar los cánones establecidos, diseñando esquemas congruentes con las nuevas necesidades de la ciudad.

Proveniente de España, en México, el liberalismo promovido en Europa por Locke, Rosseau y Montesquieu, influye las mentes del movimiento independentista de 1821, encuentra en la política defensores como José María Luis Mora e Ignacio Ramírez, y durante la época de Benito Juárez, por medio de las Leyes de Reforma, se convierte en una fuerza capaz de imprimir profundos cambios en el orden social, así como en la concepción del espacio vital como la premisa principal del desarrollo urbano, proyectándolo sobre la organización misma de la ciudad, transformándola en la representación gráfica de una idea diferente de la libertad individual y del nuevo significado del derecho de propiedad como expresión de esa libertad.


La utilidad preconizada por Bentham como principio de organización de la ciudad, favorece el ejercicio de la libertad individual y la dota en su expresión de un fin constituido por la felicidad, expresión que se traduce durante el siglo XIX, en el constante mejoramiento de las condiciones urbanas de vida para las personas.

“El neoclásico mexicano surgirá de la aclimatación de los antecedentes que hemos delineado en la primera parte. Habrá aspectos que no se compartan con el neoclásico de otras latitudes, pero en el fondo dominará ese espíritu de progreso que caracteriza a los países europeos y a las élites de los territorios americanos de los siglos XVIII y XIX. Europa será un referente obligado no solo en el ámbito del urbanismo, sino en toda manifestación cultural.”

“Los artistas neoclásicos que van produciendo su obra conforme avanza la segunda mitas del siglo XVIII, observan con mayor detalle la Antigüedad para inspirarse. La fiebre por conocer e imitar el urbanismo y la arquitectura romanas se agudiza tras los descubrimientos de las ruinas de Pompeya, ciudad que fue sepultada por las cenizas del volcán Vesubio en el año 79, y explorada sistemáticamente entre 1748 y 1763. el urbanismo neoclásico también fue alimentado por el descubrimiento de Herculano (1738) y los correspondientes trabajos de excavación verificados entre 1806 y 1814, y después, entre 1869 y 1876, así como por la publicación de la obra Antigüedades de Atenas, de Stuart y Revett, libro que definió más claramente para los europeos las diferencias arquitectónicas entre Grecia y Roma.”

“El urbanismo neoclásico mexicano nace en esta transición entre la Ilustración y las doctrinas que serán depuradas durante el siglo XIX, a saber, el liberalismo y, más tarde, el positivismo. Como tendremos oportunidad de ver, la modernización de la Ciudad de México deberá a estas ideas mucho de su expresión formal.”



“Así pues hemos dividido la época neoclásica de la ciudad de México en tres periodos de acuerdo con la lectura que se puede hacer del conjunto urbano: hemos llamado, al primero, el período de la ciudad centralizada (1770-1852), cuya característica es la guardar a la Plaza Mayor como núcleo; al segundo lo hemos llamado ciudad bipolar (1852-1877), en la que, además de la Plaza Mayor, aparece Chapultepec como un polo urbano estructurador, y al tercero ciudad en expansión (1877-1911), por tratarse de una ciudad que se ensancha sin restringirse al entorno de los dos polos anteriores.”

“En 1770, ante los ojos de los peninsulares que van llegando a la Nueva España, la ciudad es tan impresionante como incomprensible. Por un lado, posee una estructura vial perfecta, envidiable, inigualada por ninguna ciudad europea; su ortogonalidad es asombrosa y en tal geometría los visitantes no pueden sentir sino la presencia del orden. México es una ciudad ordenada de manera acorde con los sentimientos absolutistas de los Borbones, pero por otro lado, la ciudad es un asco, un amasijo de basura y podredumbre donde las aguas se estancan y la gente se corrompe en todos los vicios. Además está dividida en traza y barrios y en los terrenos de estos últimos los problemas se acentúan porque ni siquiera existe la impecable geometría de la traza.”

“En lo económico, hacia fines del siglo XVIII el virreinato se verá favorecido por la producción minera, mientras que en lo político se contará con la solidez de la casa de Borbón, y con la depuración de un pensamiento ilustrado familiarizado con la transformación urbana.”

“Dicho de otro modo, las nuevas necesidades políticas y culturales exigirán un nuevo orden urbano, construcciones nuevas o adaptadas a los discursos del momento. Adelante veremos las implicaciones funcionales y estéticas de un eventual urbanismo nacionalista.”

“Preocupaciones formales

a) Unidad: como en el caso del urbanismo clásico, la ciudad deseable es percibida como una unidad. No faltarán las propuestas de amurallar la ciudad o de delimitarla con una acequia definiendo con ello sus límites unitarios. Durante el siglo XIX la ciudad perderá esta impulso homogeneizador a favor de otro que tienda a zonificar la aglomeración urbana en función del nivel económico de los pobladores y de su actividad productiva. Aún así, se notará el concepto de unidad urbana, pues cada zona cumpliría ciertas funciones específicas para el bien global a la manera en que un cuerpo se compone en órganos diferenciados.

b) Axialidad: los urbanistas intentarán trazar ejes que estructuren los nuevos asentamientos y las nuevas colonias de la capital. Un eje quedará definido como la avenida en línea recta que une dos puntos de importancia en la ciudad, así tenga que atravesar barrios y demoler obstáculos. La planta de la ciudad siempre fue ortogonal y no necesitó de este tipo de soluciones, de modo que los paseos que analizaremos, serán promovidos buscando más bien fines estéticos a imitación de lo que se producía en Europa. Sin embargo los barrios periféricos sí fueron considerados como una especie de geografía medieval que había que enderezar.



c) Regularidad: se busca que la ciudad adopte formas regulares, es decir, formas basadas en cálculos racionales, en mediciones, en figuras geométricas pronosticables. Como en el clásico, los ángulos de 90º en las esquinas son bienvenidos, o bien, los trazos largos y rectos que estructuran la trama urbana, particularmente las anchas diagonales. De esta regularidad se desprenden figuras simétricas, proporcionadas. De nuevo, el objetivo prioritario en México será regularizar los barrios periféricos.

d) Simetría: una de las manifestaciones más claras de la regularidad y de la racionalidad es la simetría en los componente urbanos, es decir, edificios que balanceen visualmente una perspectiva, manzanas que se corresponden en tamaño y forma, banquetas a ambos lados de la calle, altura similar en los edificios, materiales y colores semejantes para reforzar la regularidad de la ciudad, monumentos equilibrados en uno y otro extremos de los grandes ejes.

e) Proporción: todas las formas ejecutadas con simetría en refuerzo de la regularidad, deben, además, poseer una debida proporción. Una vez más, como en el clásico, el modelo es el cuerpo humano del que se dice que no tiene fallas: la boca y la nariz están en el eje de la cara. Los brazos y las piernas no son ni grandes ni pequeños, sino equilibrados respecto del resto del organismo. Del mismo modo, una ciudad debe cuidar la dimensión y ubicación de los órganos que la conforman. Si bien estas consideraciones son bastante subjetivas, en la visión de la época, el ejemplo del cuerpo humano pareciera ser un modelo inobjetable. Las figuras geométricas regulares serán también ejemplos de perfección: habrá quien proyecte para el perímetro de la ciudad la forma cuadrada y habrá también quien proponga que el Distrito Federal sea un círculo.

f) Perspectiva: si se cumple con los anteriores preceptos, el resultado será una ciudad más hermosa en la que se permita apreciar la belleza tanto de la ciudad misma como del entorno natural, y se exhiban adecuadamente los monumentos. Se busca que, de cuando en cuando, se de la impresión visual de que se ha generado un nuevo espacio ahí donde antes no lo había. Como dijimos en la primera parte, esta cualidad se asocia a la época barroca, en la cual los urbanistas se preocupan por crear espectaculares perspectivas.”(1)



(1)
FERNÁNDEZ CHRISTLIEB, Federico. “Europa y el Urbanismo Neoclásico en la Ciudad de México, Antecedentes y Esplandores” Instituto de Geografía, UNAM. México 2000, pp. 69-75.

Imágenes de libre circulación en internet.

miércoles, 10 de junio de 2009

Espacio Urbano y Propiedad Privada

Espacio Urbano y Propiedad Privada en México
1824 – 2000
Dr. Arq. Daniel Rolando Martí Capitanachi

PRESENTADOR DEL LIBRO: DR. ARQ. SERGIO AMANTE HADDAD
Auditorio de la Facultad de Arquitectura (Xalapa), U.V. Miércoles 27 de Mayo 2009, 19:00 Hrs.


Según un reporte reciente de la Organización de Naciones Unidas, en el año 2005 la población mundial alcanzó 6,500 millones de habitantes, y se prevé que para el 2050 serán 9,200 millones los que habitaremos este planeta. Este incremento de 2,700 millones de personas sobre la tierra equivale al total de la población mundial en 1950, y se distribuirá en las regiones menos desarrolladas: Asia, África y América Latina.

La ONU informa también que la transición del siglo XX al XXI se ha caracterizado por la aceleración de la revolución informacional, por los procesos de globalización de la economía, por un creciente impacto negativo de la especie humana sobre la ecología planetaria, por una polarización social con niveles inéditos de pobreza extrema y marginación, y por una tendencia mundial hacia la urbanización creciente del planeta. En el año 1900 la población urbana era el 13% de la población mundial; en 1950 esta proporción aumentó al 29%; y en 2005, el 49% de la población global (3,200 millones) habitaba ya en las ciudades del mundo. Hoy día, en muchas regiones del planeta, incluyendo Europa, América Latina y el Caribe, Norteamérica y Oceanía, la población urbana excede ya el 70%.

Según el II Conteo de Población y Vivienda 2005 del INEGI, la población mexicana fue de 103.3 millones de personas, cifra cuatro veces mayor que la población registrada en 1950 y que duplica la que existía en 1970. El 76.5 % de la población nacional es ahora urbana y, según datos del INEGI, de la Secretaría de Desarrollo Rural y el Consejo Nacional de Población, un poco más de la mitad de la población del país se concentra en las 55 zonas metropolitanas de México. La paradoja que hoy confrontamos consiste en que, conforme el país se urbaniza a un ritmo alarmante con consecuencias de desequilibrios en los ámbitos urbano y rural, más evidencias se difunden sobre nuestra incapacidad de aprender las mejores prácticas de vida en colectividad. Nos hemos vuelto en exceso dependientes del abasto alimenticio exterior, con dificultad afrontamos los desafíos de las emergencias urbanas, vertimos cantidades exorbitantes de contaminantes a la atmósfera, devastamos las fuentes de abastecimiento del agua, nuestro consumo y dispendio energético es enorme, la criminalidad y la impunidad aumentan al ritmo del escepticismo social sobre sus autoridades e instituciones, y el discurso de la “ingobernabilidad urbana” se hace presente en incontables investigaciones y foros internacionales y locales.

Estos comentarios introductorios sirven bien para acentuar la pertinencia social del libro intitulado “Espacio urbano y propiedad privada en México 1824-2000” escrito por el Dr. Daniel Rolando Martí Capitanachi y el cual me honro en presentar a ustedes el día de hoy. Frente a la magnitud, complejidad, y diversidad del reto que corresponde a la planificación del destino de la vida urbana en México, y del desarrollo sustentable de la ciudad, este libro constituye una esperanza y una guía para concebir y configurar el espacio urbano desde una perspectiva de proyecto social con garantías colectivas fundamentadas en un estado de derecho.

El propósito de esta investigación, dice el Dr. Martí, consiste en demostrar la posible incidencia del Derecho Constitucional en la formación y organización del espacio urbano, dada en razón de la institución jurídica de propiedad privada. Al hacerlo, el autor recurre a sus conocimientos de arquitectura, urbanismo y derecho como intérprete de la influencia que ejerce la metarred parcelaria en la estructura espacial urbana haciendo énfasis en los límites legales de uso y usufructo del suelo, en tanto propiedad privada, así como en las prohibiciones y condicionamientos en el ejercicio pleno de los derechos de particulares cuando cobran preeminencia los derechos colectivos en la organización y ordenamiento territorial.

El autor propone que, a través de la institución jurídica de la propiedad ha de buscarse la posible relación entre el orden constitucional y la ciudad, la cual se habrá de manifestar de diversos modos: 1) el modo de organización del espacio urbano derivado del ejercicio absoluto o limitado del derecho atribuible al propietario inmobiliario urbano (parcelamiento); 2) los ejes de poder en torno a los cuales dicha organización espacial se efectúa (zonificación por usos del suelo), y 3) el balance o proporción de los espacios urbanos públicos y privados. La investigación en cuestión aborda esta relación entre marco de referencia espacial y el marco legal a partir de postulados teóricos articulados en torno a cuatro interrogantes centrales: a) ¿Existe alguna relación entre el derecho, como sistema de convivencia, y la ciudad? b) ¿En qué ámbito opera la posible relación entre Derecho y ciudad? c) ¿De qué modo opera esta relación, en caso de que el ámbito fuera el mencionado? y d) Conocidos el ámbito y modo de operación de a relación Derecho-Ciudad, ¿cuál podría ser el concepto operador? En la construcción de hipótesis de investigación que buscan dar respuesta a las interrogantes planteadas, el Dr. Marti advierte que tanto el fenómeno espacial urbano así como nuestro marco jurídico de referencia son entidades dinámicas y evolutivas como cambiantes son también las estructuras sociales que los configuran.

Tenemos entonces que la relación ciudad-Derecho se da de modo dialéctico, pues las determinaciones entre una y otro se alternan. En efecto, la norma jurídica expresa un modelo de orden que la ciudad reproduce, pero de ella también emanan instrucciones que obligan ajustes en la legislación, porque entre ambas está el actor que es la razón de ser: el hombre en libertad.

Esta investigación se nos presenta estructurada en cuatro capítulos y un anexo. El primer capítulo aborda el período virreinal, tratándose de lo jurídico, por haberse sentado en él la base que permitió la fundación de las ciudades mexicanas. El análisis de las instituciones relativas a la ciudad y derivadas del derecho romano, del derecho castellano y de las que fueron creadas en la Nueva España se nos presentan como el sustento del orden urbano aún a mediados del siglo XIX, fecha para la cual ya existía un primer documento constitucional en México. El segundo capítulo abarca la primera mitad del siglo XIX con atención a los pronunciamientos constitucionales que defienden las garantías del individuo en el contexto del liberalismo imperante. Se analiza el derecho de la propiedad absoluta del individuo que generó graves problemas al desarrollo de las ciudades y desató graves luchas internas entre el Estado, la milicia y el clero. Este período se nos presenta también como tiempo de reivindicaciones nacionales que buscan la modernidad mediante la transformación de la ciudad e imponen el neoclásico por encima del barroco, como síntoma de transformación. En el tercer capítulo se aborda el momento histórico de la Reforma cuando se escinden los intereses del Estado y los de la Iglesia, institución a la que se le prohíbe el ejercicio de la propiedad. Se abre por vez primera en México el mercado inmobiliario transformándose así el patrón de ocupación del suelo interno de las ciudades y su hinterland. También en este capítulo se analiza el Porfiriato como era en que se consolidan nuestras ciudades con influencia europea y se construyen grandes obras públicas emblemáticas de la moderna revolución industrial y que contribuyen al surgimiento de la ciudad polinuclear mexicana. En el cuarto y último capítulo se realiza un detallado análisis del artículo constitucional vigente relativo a la propiedad privada y su función social. Lo anterior se realiza en el contexto la contemporaneidad y de la planeación tutelada por el Estado mexicano y las limitaciones que él mismo introduce al ejercicio de los derechos del individuo en razón del beneficio de la colectividad. Se introduce el concepto de derecho a la ciudad a propósito de la propuesta de incorporarlo en textos constitucionales para hacer una correlación de derechos y deberes entre gobierno y gobernados, en beneficio de la colectividad como actora distinta al individuo y a cualquier estamento social.

En las conclusiones generales de esta importante investigación, el Dr. Martí reconoce que hoy día, a diferencia de otros tiempos, no existen modelos urbanos dominantes, como tampoco existe una visión consensuada del futuro de la ciudad mexicana. Acepta la coexistencia de tejidos urbanos en los que conviven espacios integrados y fragmentados y revela la contradicción de los empeños públicos y privados por planificar la ciudad desde ópticas sectoriales, siendo que la ciudad no es continente pasivo, sino soporte activo de una gran cantidad de estructuras que atienden a una visión holística e integral del desarrollo urbano.

Finalmente propone que tanto el derecho a la ciudad como el establecimiento de un sistema compensatorio a las limitaciones de la propiedad privada, en caso de considerarse viables para su inserción en el texto constitucional y ley ordinaria, no solo modificarían el sistema jurídico aplicable, sino que darían lugar a un profundo cambio jurídico que traería como consecuencia la necesaria reflexión sobre el papel del Estado en la conducción de la política urbana, y sería asociado a los nuevos derechos ciudadanos y los correlativos deberes, a efecto de modificar la inercia del desarrollo de las ciudades en el futuro. El Dr. Daniel Martí Capitanachi no solamente ha escrito un libro que, a mi juicio, es el mejor tributo que puede rendir a la memoria de su padre. Ha logrado materializar un texto universitario de gran relevancia didáctica y, en el proceso de hacerlo, se ha sumado a un número selecto de catedráticos universitarios de esta institución quienes, con la generosidad y disciplina de poner a disposición pública sus conocimientos y experiencias, han logrado contagiar a sus colegas y discípulos del placer de escribir.

José Antonio Marina, filósofo y educador español, nos dice en su obra “La magia de escribir” lo siguiente: … La ‘competencia expresiva’ es fundamental para la vida de unos seres penetrados de lenguaje, como somos los humanos. Es la que produce la elocución adecuada para la situación en que estemos. Expresión privada o pública, comunicativa o íntima, racional o afectiva. Enseñar el lenguaje es enseñar a usar el lenguaje, o sea, la inteligencia. … Escribir es expresar pensamientos y emociones, formarse un juicio crítico y ético, generar ideas, estructurar el conocimiento, dar coherencia al discurso y a la acción y adoptar decisiones. Por la relevancia del contenido temático de su libro y por su impacto en el dominio de las competencias señaladas por Marina, a nombre de esta comunidad universitaria reconozco y agradezco esta contribución del Dr. Daniel Martí Capitanachi a favor de la concreción del espíritu universitario que a todos nos debe motivar.
FIN

lunes, 30 de marzo de 2009

Productos editoriales 2009. Facultad de Arquitectura, U.V.



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lunes, 9 de marzo de 2009

Carta de Atenas, 1933


Congreso internacional de Arquitectura Moderna
1933, Atenas, Grecia.


A. GENERALIDADES
1. La ciudad no es sino una parte de un conjunto económico social y político que constituye la región.
2. Yuxtapuestos a lo económico, a lo social y a lo político, valores de orden psicológico y fisiológico, ligados a la persona humana introducen en la discusión preocupaciones de orden individual y colectivo.
3. Estas constantes psicológicas y biológicas sufrirán la influencia del medio (situación geográfica y topográfica, situación económica y situación política).
4. De la situación geográfica y topográfica de la naturaleza de los elementos agua y tierra, de la naturaleza del suelo, del clima.
5. De la situación económica: los recursos de la región, como también de los contactos naturales o artificiales en el exterior.
6. De la situación política: sistema administrativo.
7. Circunstancias particulares a través de la historia han determinado los caracteres de la ciudad: defensa militar, descubrimientos científicos, administraciones sucesivas, desarrollo progresivo de las comunicaciones y de los medios de transportes (vías terrestres). Vías fluviales y marítimas ferrocarriles y vías aéreas.
8. Las razones que presiden el desarrollo de las ciudades están, pues sometidas a cambios continuos.
El advenimiento de la era maquinista ha provocado inmensas perturbaciones en él comportamiento de los hombres, en su repartición sobre la tierra y en sus empresas. Movimiento irrefrenado de concentración de las ciudades a favor de las velocidades mecánicas, evolución brutal sin precedentes en la historia, y que es universal. El caos ha entrado en las ciudades.
B. ESTADO CRITICO ACTUAL DE LAS CIUDADES
I. HABITACIÓN
10. La población es demasiado densa en el interior del centro histórico de las ciudades (se cuenta hasta mil y aún mil quinientos habitantes por hectárea) como así también en algunas zonas de expansión industrial del siglo XIX
11. En estos sectores urbanos comprimidos las condiciones de habitación son nefastas: falta del espacio necesario atribuido a la habitación, falta de superficies, verdes disponibles, falta en fin de mantención de los edificios (explotación basada en la especulación). Situación agravada aún por la presencia de una población de standard de vida muy baja, incapaz de tomar ella misma medidas defensivas (mortalidad que llega hasta el 20%).
12. El crecimiento de la Ciudad. devora paulatinamente las áreas verdes limítrofes sobre las cuales tomaban vista sus cinturas sucesivas. Este alejamiento siempre mayor a los elementos naturales aumenta aún el desorden en la higiene
13. Las construcciones destinadas a la habitación están repartidas sobre la superficie de la ciudad en contradicción con las necesidades de la higiene.
14. Los barrios más densos se encuentran en las zonas menos favorables (laderas mal orientadas, sectores invadidos de bruma de gases industriales, inundables etc.
15. Las construcciones aireadas (habitaciones de estándar superior) ocupan las zonas favorables, al abrigo de vientos hostiles aseguradas de vistas y de perspectivas en el paisaje, lagos, mares, montes etc. Y de un asoleamiento abundante.
16. Esta repartición parcial de la habitación está sancionada por el uso y por las disposiciones edilicias consideradas como justificadas: zonificación.
17. Las construcciones que se levantan a lo largo de las vías de comunicación y alrededor de los nudos de circulación son perjudiciales a la habitación: ruidos; polvos y gases nocivos.
18. El alineamiento tradicional de, habitaciones sobre el borde de las calles no asegura el asoleamiento sino a una parte mínima de la vivienda.
19. La repartición de las construcciones de uso colectivo dependiente de la habitación es arbitraria.
20. Muy particularmente las escuelas están situadas a menudo sobra las vías de circulación y están demasiado alejadas de las habitaciones.
21. Los barrios suburbanos se han formado sin plan y sin unión normal con la ciudad.
22. Se ha tratado de incorporarlos en el dominio administrativo.
No son a menudo sino una aglomeración de casuchas y la vialidad indispensable es difícilmente rentable.
HAY QUE EXIGIR
24. Que los barrios de habitación ocupen en adelante los emplazamientos mejores en el espacio urbano, sacando partido de la topografía, teniendo en cuenta el clima y disponiendo del asoleamiento más favorable y de áreas verdes adecuadas.
25. Que la determinación de las zonas de habitación sea dictada por razones de higiene.
26. Que las densidades razonables sean impuestas según las formas de habitación propuestas por la naturaleza misma del terreno
27. Que se fije un mínimo de horas de asoleamiento para cada vivienda.
28. Que la alineación de habitaciones a lo largo de cías de comunicación sea prohibida
29. Que se tengan en cuenta los recursos técnicos modernos para construir habitaciones altas.
Que colocadas a gran distancia una de otra liberen el suelo en favor de amplias áreas verdes.
II. ESPARCIMIENTO
31. Las áreas libres son en general insuficientes
32. Cuando las áreas son de una extensión suficiente están generalmente mal asignadas, y por este hecho son poco utilizables para la masa de los habitantes.
33. La situación excéntrica de superficies libres no se presta al mejoramiento de las condiciones de la habitación en las zonas congestionadas de la ciudad.
34. Las escasas instalaciones deportivas, para ser ubicadas en las Proximidades de los que las usaban están en general equipadas provisionalmente sobre terrenos destinados a futuros barrios de habitación o de industria. Pobreza y traslados incesantes
Los terrenos que podrían aprovecharse para esparcimientos de fin de semana están a menudo, mal unidos a la ciudad.
HAY QUE EXIGIR
36. Que todo barrio de habitación disponga en adelante de la superficie verde necesaria para el desarrollo racional de los juegos y deportes de los niños de los adolescentes y adultos.
37. Que los islotes insalubres sean demolidos reemplazados por áreas verdes los barrios colindantes quedarán así saneados
38. Que estas nuevas superficies verdes, sirvan fines claramente definidos: contener jardines infantiles, escuelas, centros juveniles o todos los edificios de uso común. Ligados finalmente a la habitación.
39. Que las horas libres semanales se pasen en lugares favorablemente preparados: parques, bosques, campos de deportes, estadios, playas etc.
Que se tengan en cuenta los elementos existentes: ríos, bosques, colinas, cerros, valles; lagos, mares. etc.
III. TRABAJO
41. Los sitios de trabajo ya no están dispuestos racionalmente en el complejo urbano: industria, artesanado, negocios, administración, comercia
42. La ligazón entre la habitación y los sitios de trabajo ha dejado de ser normal, impone recorridos desmesurados.
43. Las horas de afluencia para los transportes revelan un estado crítico
44. Por la ausencia de todo Programa: crecimiento incontrolado de las ciudades, ausencia de previsión, especulación con los terrenos. Etc. La industria se instala al azar, no obedeciendo a regla alguna.
En las ciudades, las oficinas se han concentrado en barrios de negocios, los barrios de negocios, instalados en los lugares privilegiados de la ciudad, proveídos de la más completa circulación, son rápidamente presa de la especulación. Tratándose de negocios privados: la organización útil para su desarrollo natural deja que desear.
HAY QUE EXIGIR
46. Que las distancias entre los sitios de trabajo y las zonas de habitación se reduzcan al mínimo.
47. Que los sectores industriales se independicen de los sectores de habitación. separando unos de otras con zonas de verdor:
Que las zonas industriales queden contiguas al ferrocarril, al canal y al camino
48. Que el artesonado íntimamente ligado a la vida urbana, de la que procede directamente pueda ocupar los lugares netamente asignados en el interior de la ciudad.
Que el barrio cívico, consagrado a la administración privada o pública quede asegurado de buenas comunicaciones con los barrios de habitación como también con las industrias o artesonados emplazados en la ciudad o en sus proximidades.
IV.CIRCULACIÓN
51. La red actual de vías urbanas es el conjunto de ramificaciones desarrolladas en torno a las grandes vías de comunicación. Estas últimas se remontan en el tiempo en Europa, mucho más allá de la Edad Media y aún, a veces de la antigüedad.
52. Concebidas para recibir peatones o carruajes ya no responden hoy a los medios de transportes mecánicos.
53. El dimensionamiento de las calles, desde luego inapropiado, se opone a la utilización de las nuevas velocidades y al adelanto regular de la ciudad.
54. Las distancias entre las bocacalles son muy reducidas.
55. El ancho de las calles es insuficiente. Tratar de ampliar éstas es a menudo una operación onerosa y además ineficaz
56. Frente a las velocidades mecánicas la red de calles aparece irracional, careciendo de exactitud, de elasticidad, de diversidad, de conformidad.
57. Los trazados de orden suntuario persiguiendo finalidades representativas, han podido o pueden constituir torpes tropiezos para la circulación.
En muchos casos, la red de vías férreas ha llegado a ser, fuera de la extensión de la ciudad, un grave obstáculo para la urbanización. Encierra barrios de habitación, privándolos de contactos útiles con los elementos vitales de la Ciudad.
HAY QUE EXIGIR
59. Que análisis útiles sean hechos sobre estadísticas rigurosas del conjunto de la circulación en la ciudad y en su región. Trabajo que revelará las corrientes de circulación y la calidad de sus rendimientos
60. Que las vías de circulación sean clasificadas según su naturaleza y construidas en función de los vehículos y de su velocidad.
61. Los cruces, muy solicitados serán convertidos a la circulación continua por cambios de niveles.
62. Que el peatón pueda seguir caminos distintos de los del automóvil.
63. Que las calles sean diferenciadas según sus destinos: calles de habitación, de paseo, de transito, vías principales.
Que zonas de vegetación aíslen, en principio, las corrientes de gran circulación.
V. PATRIMONIO HISTÓRICO DE LAS CIUDADES
65. Los valores arquitectónicos deben ser conservados (edificios aislados o conjuntos urbanos).
66. Serán conservados siempre que sean la expresión de una cultura anterior Y si responden a un interés general.
67. Si su conservación no involucra el sacrificio de poblaciones mantenidas en condiciones malsanas.
68. Si es posible, en su presencia perjudicial remediarlas con medidas radicales, por ejemplo, la desviación de elementos vitales de circulación aún más el desplazamiento de centros considerados hasta ahora como inamovibles.
69. La destrucción de habitaciones insalubres alrededor de los monumentos Históricos dará la ocasión para crear áreas verdes.
El uso de estilos del pasado, bajo pretextos de estética, en las construcciones nuevas erigidas en las zonas históricas trae consecuencias nefastas. El mantenimiento de tales recursos o la introducción de tales iniciativas no será tolerado bajo ninguna forma.
C. PUNTOS DE DOCTRINA.
71. La mayoría de las ciudades estudiadas ofrecen en la actualidad la imagen del caos: estas ciudades no responden en ningún momento a su destino, que sería el de satisfacer las necesidades primordiales biológicas y psicológicas de sus habitantes.
72. Esta situación revela, desde el comienzo de la era maquinista, la suma de intereses privados.
73. La violencia de los intereses privados provoca una desastrosa ruptura de equilibrio entre la presión de las fuerzas económicas por un lado, la debilidad del control administrativo y la impotente solidaridad social por otro.
74. A pesar de que las ciudades están en estado de transformación permanente, su desarrollo es conducido sin precisión ni control, y sin que se tengan en cuenta los principios del Urbanismo contemporáneo, especificados por los sectores técnicos competentes.
75. La ciudad debe asegurar en el Plano espiritual y material, la libertad individual y el beneficio de la acción colectiva.
76. El dimensionamiento de todas las casas, en el dispositivo urbano no puede regirse sino por la escala humana.
77. Las bases del urbanismo son las cuatro funciones: habitar, Trabajar, Recrearse (Horas libres), Circular.
78. Los Planes determinarán la estructura de cada una de los sectores destinados a las cuatro funciones base, y fijarán su emplazamiento respectivo en el conjunto
79. El ciclo de las funciones cotidianas: habitar, trabajar, recrearse (recuperación), será reglamentado, por el urbanismo, en la economía de tiempo más estricta, siendo considerada la habitación como el centro mismo de las preocupaciones urbanísticas y el punto de conjunción de todas las medidas
80. Las velocidades mecánicas nuevas han revolucionado el ambiente urbano, instaurando el peligro permanente, provocando el embotellamiento la parálisis de las comunicaciones, comprometiendo la higiene.
81. El Principio de la circulación urbana y, suburbana debe ser revisada. Una clasificación de las velocidades disponibles debe ser hecha. La reforma de la zonificación poniendo en armonía las funciones base de la ciudad, creará entre estas ligazones naturales para cuya consolidación se preverá una red racional de grandes arterias.
82. El urbanismo es una ciencia de tres dimensiones y no dos dimensiones. Es haciendo intervenir el elemento altura como se dará solución a las circulaciones modernas y a los esparcimientos por él aprovechamiento de los espacios libres así creados.
83. La ciudad debe ser estudiada en el conjunto de su región de influencia. Un Plan regional reemplazará al simple plan municipal. El límite de la aglomeración estará en función de su radio de acción económica.
84. La ciudad. definida entonces como una unidad funcional deberá crece armoniosamente en cada una de sus partes disponiendo espacios y ligazones donde puedan inscribirse, en el equilibrio, las etapas de su desarrollo
85. Es de la más urgente necesidad que cada ciudad establezca su programa, promulgando las leyes que permitan su realización.
86. El programa será bosquejado sobre análisis rigurosos hechos por especialistas, y preverá las etapas en él tiempo y en el espacio. Reunirá en un acuerdo fecundo las fuentes naturales del terreno, la topografía del conjunto, los recursos económicos, las necesidades sociales, los valores espirituales.
87. Para el arquitecto, ocupado aquí en tareas de urbanismo, la herramienta de medida será la escala humana
88. El punto de partida del urbanismo es una célula de habitación (una vivienda) y su inserción en un grupo formando una unidad de habitación de dimensión eficaz
89. Es a partir de esta unidad vivienda cómo se establecerán en el espacio urbano las relaciones entre la habitación, los sitios de trabajo y las instalaciones consagradas a las horas libres.
90. Para resolver esta gran tarea es indispensable utilizar los recursos de la técnica moderna. Esta, por el concurso de especialistas, protegerá el arte de construir con todas las seguridades de la ciencia. Y la enriquecerá con innumerables inventos
91. La marcha de los acontecimientos será particularmente influenciada por los factores políticos, sociales y económicos.
92. No es aquí donde intervendría en última instancia el arquitecto
93. La escala de trabajos por emprender de urgencia para el acondicionamiento de las ciudades, y por otra parte, el estado infinitamente dividido de la propiedad privada, son dos realidades antagónicas
94. La peligrosa contradicción comprobada aquí acusa una de las cuestiones más peligrosas de la época: la urgencia de reglamentar, por un medio legal, la distribución de todo el suelo útil para equilibrar las necesidades vitales del individuo en plena armonía con las necesidades colectivas.
El interés privado será subordinado al interés colectivo.